La globalización cultural se ha generado como consecuencia de las relaciones internacionales derivadas del intercambio de la información, tecnología, economía, turismo, entre otros. Al expandir los mercados de consumo y el intercambio de bienes y servicios culturales se han producido importantes conexiones entre países y comunidades por medio del cine, televisión, literatura, música, gastronomía, moda, teatro, museos, entre otros.
Esto tiene diversos aspectos positivos y negativos. Algunos destacan la difusión de valores universales, mayor acceso a la información e intercambio cultural.
Sin embargo, los grupos sociales de menor tamaño se ven afectados por el consumo de productos culturales de mayor alcance e incluso, a la pérdida de ciertos valores propios.